Esta
pequeña fruta, en su exterior de color marrón con pelos y en su interior un
verde brillante, es originaria de China, pero actualmente se producen grandes
cantidades en Nueva Zelanda.
Se la llamó “Kiwi” por su gran parecido al ave, muy
popular de Oceanía.
Entre las
propiedades encontramos que refuerza el sistema inmunológico, disminuye la
hipertensión, evita el cáncer, las alergias, los resfriados, entre otros.
1.
Vitamina
C y Antioxidantes
En
el caso de la vitamina C, cuenta con 98 mg por cada 100 gramos, teniendo más
que las naranjas y los limones (casi el
doble). Sólo es superado este valor por las guayabas y el aguaymanto. Una pieza de
kiwi nos aporta más del 80% del requerimiento diario de vitamina C.
La vitamina C es un
potente antioxidante, cuya capacidad de neutralizar los radicales libres
convierte al kiwi en un perfecto neutralizador de los daños corporales de todo
tipo, sobre todo los que tienen que ver con el envejecimiento. Comer esta fruta
permite mantener las células más jóvenes y conservar la salud del cuerpo en
general.
2.
Reduce
el estrés y los nervios
El
kiwi es una fruta ideal para los tiempos modernos. Debido a la gran cantidad de
vitamina C, puede evitar el nerviosismo y la ansiedad. También es
perfecto para reducir el estrés. Nos permite sentirnos más tranquilos y
enfrentarnos a los problemas u obstáculos que aparecen en nuestra vida.
Los médicos recomiendan comer un kiwi antes de una entrevista de trabajo o una
reunión importante, para reducir la tensión.
3.
Disminuye
el estreñimiento
Al
tratarse de una fruta repleta de fibra soluble, el kiwi ayuda en la digestión y
mejora el tránsito intestinal, por lo que previene el estreñimiento. Si se
consume en el desayuno ayudará mucho más en este aspecto. Se puede comer con
otras frutas, yogurt o cereales a
la mañana. Favorece la expulsión de heces.
4.
Sirve
para adelgazar y eliminar la retención de líquidos
Al
tener un gran porcentaje de agua y un nivel calórico intermedio (63 Kcal cada
100 gramos), permite bajar de peso y sentirse más saciado. A su vez, no posee
demasiado sodio, siendo perfecto para las dietas de adelgazamiento y para
perder agua, sobre todo en el caso de embarazadas. El kiwi es muy diurético y
no debe faltar en la alimentación de los que sufren de obesidad o sobrepeso. Es
útil en casos de insuficiencia cardíaca o hepática.
5.
Ayuda
a la digestión
Como
se dijo antes, el kiwi es muy digestivo y permite disgregar las proteínas de
los alimentos, así como también evitar la indigestión, la gastritis y los
gases. La presencia de estas proteínas permiten combinar esta fruta con leche o gelatina.
6.
Mejora
la circulación de la sangre
Al
contener vitamina E y ácidos grasos Omega 3 y 6, el
kiwi fluidifica la sangre, mejorando el estado general de las arterias. Esto
evita la formación de trombos o coágulos en los vasos sanguíneos. Esta fruta
sirve para proteger contra trombosis, angina de pecho, derrames cerebrales e
infartos. Y como si esto fuera poco, el kiwi y su fibra, permiten reducir los
niveles de colesterol en sangre.
7.
Mejora
los huesos
Esto
incluye cualquier elemento óseo del cuerpo, es decir, también los dientes. Esta
propiedad es debido a los minerales presentes en el kiwi, los cuáles son cobre,
magnesio y potasio. Una pieza de la fruta cubre el 10% de las necesidades
básicas de los tres. Permiten mejorar el desarrollo de los huesos y
también el funcionamiento de los nervios, músculos y órganos.
8.
Favorece
el sistema inmunológico
Esto
significa evitar los resfriados y subir las defensas, debido a la gran cantidad
de ácido fólico presente en el kiwi, sumado a la vitamina C. Permiten
ambos nutrientes producir más glóbulos rojos y blancos, así como también
anticuerpos, que funcionan como barrera de las enfermedades producidas por
virus.
9.
Combate
la anemia
También
debido a la vitamina C, que aumenta la absorción del hierro de lo que
consumimos. Se aconseja comer kiwis en los pacientes con anemia
ferropénica para acelerar la recuperación.
10. Filtra
los rayos solares
Si
eres una persona muy sensible a los rayos UV, no dudes en comer kiwi. La
luteína que contiene (también presente en la acelga, los brócolis y las
espinacas) actúa como un filtro de protección natural para tu piel.
Se
aconseja en las personas fumadoras o que beben mucho alcohol, los que
padecen diabetes o alergias, las mujeres embarazadas, los ancianos,
los que sufrieron fracturas de huesos o rotura de ligamentos, las mujeres en la
menopausia, los que tienen problemas en la vista como cataratas y los que
tienen enfermedades inmunodeficientes como el SIDA o el herpes.
¿Quiénes no pueden comer
kiwi?
Las
personas que son alérgicas a una enzima llamada proteolítica actidina, no
pueden consumir kiwi, así como tampoco papayas o piñas. Los que tienen
tendencia a desarrollar cálculos renales (piedras
en el riñón) tampoco, porque esta fruta es rica en oxalatos de calcio. Justamente por esta razón, los niños han de reducir la ingesta, aunque no
eliminarla por completo. Debido a
su contenido en potasio, no se recomienda para los que padecen de insuficiencia
renal.
Los
síntomas por intoxicación por kiwi incluyen: urticaria, problemas para tragar y
vómitos.
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